Que los pensamientos no se queden en tu cerebro REPTILIANO. Entrenemos a nuestro cerebro. Cuando algo nos molesta, pongamos un alto, encontremos el sistema que nos hace diluir ese enojo: respiremos, alejémonos unos instantes, o contemos hasta 10, cada uno sabe qué le resulta mejor.
Pasemos al cerebro LÍMBICO y preguntémonos qué es lo que realmente me molesta.
Finalmente actuemos con nuestro cerebro RACIONAL. La mente al igual que cualquier músculo, se trabaja, se fortalece, se moldea.
Si entrenamos la mente, más rápido apaciguaremos esas conductas programadas.
“QUE NADA NI NADIE NOS ROBE LA PAZ”