Cuando escribo sobre emprendimiento intento ponerme en los pies de las personas que dicen “me lo estoy pensando”.
Este blog puede ser de mucha utilidad, si estás en esa etapa en donde tienes muchas incertidumbres y el miedo te frena pero a la vez te llenas de emoción cuando te visualizas realizando lo que te apasiona o visualizas cómo tu idea, esa que tienes plasmada en un papel, puede convertirse en un negocio de éxito.
Cuando se construye una casa, lo principal es tener buenos cimientos, primero nos aseguramos de que el terreno sea el adecuado y luego de que hacer una estructura sólida que soporten cualquier tempestad o movimiento, además queremos que sea una construcción que perdure por años, y que sea tu lugar de confort y seguridad.
Con esto ya sabes a qué me refiero, tu emprendimiento debe de tener unas bases sólidas, porque las tempestades son inevitables pero si tienes buenos cimientos tu negocio resistirá.
¿Recuerdas el cuento de los tres cerditos? ¡Tal cual! Si tu negocio es de paja o no tiene estructura con el primer soplo se derrumba, pero si por el contrario te tomas el tiempo para construir cimientos de calidad, puede venir el lobo más fuerte que tu negocio se mantendrá firme “sople lo que sople”..
¿Y cuáles son esos cimientos?
- Sentir pasión por tu idea: al tener pasión harás las cosas con entusiasmo y optimismo. Tu creatividad estará a flor de piel.
- Revisar tus creencias limitantes y trabajar en ellas antes de empezar. Se vale tener miedo pero no se vale ser cobarde. Si sabemos de dónde viene el miedo podemos gestionarlo para que sea un impulso y no un freno. Lo que sientes se proyecta.
- Tener una idea clara. Lo primero que debes de saber es qué productos vas a vender o qué servicios vas a brindar. No basta con tener una buena idea, debes evaluar y comprobar que sea viable.
- Definir tu nicho de mercado. Debes de conocer a quién te vas a dirigir, qué necesidades tienen, cómo puedes cubrir esa necesidad o solventar el problema. Y sobre todo que te hace único y diferente.
- Buscar un mentor que te acompañe, o bien, rodearse de personas que aporten. Comparte tu proyecto, participa en networkings, no te aisles, que la soledad de un emprendedor puede ser muy desoladora.
- Aprender a vender desde el concepto de servicio. Pregúntate siempre si estás aportando a esa persona que recibirá tu producto.
- Capacítate. Mantente informado de temas de actualidad y tendencias. Estudia el mercado. Invierte en formaciones que aporten a tu proyecto y a tu crecimiento personal.
- Tener un equilibrio en todas las áreas de tu vida. Si tienes un problema familiar, de pareja, económico, de salud, autoestima, desconfianza, etc. la energía se irá al problema y no podrás tener el foco en tu proyecto.
Desde mi experiencia y punto de vista estos son 8 “pilares” que debemos afianzar pera tener el mínimo de bajones económicos y emocionales posibles.
Espero que te sirva esta información y recuerda:
“si quieres construir un negocio que perdure debes de tener cimientos sólidos”
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